La
fuente esparce
el eco de su música
por
el bosque y así delata
su
humilde presencia entre
piedras,
musgos y helechos.
Conozco
la cadencia de su acento,
me
habla a su manera
y
toda mi soledad se entrega
a
su dulce fluir, a su frescor.
Nunca
lograré cantar en mis versos
esta
belleza inaprehensible,
mas
siempre habrá un hueco
en
mis manos para el agua.
Foto de Internet
Surcos en los surcos de las manos
ResponderEliminarBesos
Sin surcos, el agua se estancaría y a mí me gusta que fluya.
EliminarUn abrazo.
Es un agua diferente, y no sé explicar los motivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son las náyades que le dan magia.
EliminarUn abrazo.
Precioso, besos.
ResponderEliminarAmamos la Naturaleza, Lola, y escribimos para transmitir lo que nos aporta, como tú haces en tu preciosa biosfera.
EliminarUn abrazo.
Delicado poema, como el agua.
ResponderEliminarUn abrazo Fanny
Gracias, Alejandro. El agua siempre está presente en mis versos.
EliminarUn abrazo
Quizá no sepamos versar (tu si) el rumor del agua, es probable que no sepamos tararearlo, y no todos sabemos escucharlo como lo haces tu. Saltibrincos
ResponderEliminarTodo el que esté en contacto con la Naturaleza, ama las fuentes, aunque no escriba sobre ellas.
EliminarGracias, Ester.
Un abrazo.
Bonito! Donde hay agua, hay vida, hay belleza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un elemento vital, que deberíamos valorar más. Gracias, Pedro.
EliminarUn abrazo.
Hola Fanny.. Precioso poema limpio y cristalino como el agua que se nos va de entre las manos.. Dicen que el agua que fluye de entre las manos es única, porque nunca volveremos a tocar la misma.. gocemos de ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estás muy filosófico, además de poético. Gracias.
EliminarUn abrazo.
Es que es el agua la que hace poesía con su rumor fresco y el bello rimar de sus gotas en la yerba.
ResponderEliminarBesos.
Tiene tu comentario un acento poético que me gusta mucho, Juan. Gracias.
EliminarUn abrazo.
Bellos tus versos y la imagen es hermosa
ResponderEliminar¡Bienvenida, Mucha! Gracias por tus palabras. Espero que no sea la última visita tuya. Será un placer contar contigo.
EliminarSaludos.
comienza tu tambien a sacar tus propias fotos Te encantará abrazos
EliminarRecomenzar, tengo fotos de la Naturaleza, tomadas en mi caminar por la montaña, pero las tengo tan desordenadas que me es más cómodo tomarlas de Internet.
EliminarNo obstante, estoy pensando abrir una nueva etiqueta para publicar las fotos sugerentes donde la imaginación puede jugar. A ver si me decido.
Un abrazo.
Conozco una fuente muy parecida a la de tu foto en un monte de mi sierra caravaqueña. También es cantarina. Pero yo no sé interpretar ni definir sus palabras del modo que tú lo haces.
ResponderEliminarCada uno interpreta la voz de la fuente de forma distinta pero, en todo caso, se deja seducir por ella.
EliminarGracias, Diego.
Un abrazo.
Cuando joven peregriné por algunos lugares. En uno de ellos había una casa de adobe de una familia campesina donde solicitamos agua. Nos prestaron un vaso a cada uno y nos indicaron la fuente. Entre las raíces de los arboles brotaba el agua casi como un milagro, transparente y fresca.
ResponderEliminarTu poema hizo brotar este recuerdo casi olvidado. Gracias.
Me gusta que guardes el recuerdo de esa fuente que describes con realismo.Esas son las fuentes que yo amo.
EliminarUn abrazo.
Precioso canto a ese riachuelo cantarín, de disfrute efímero, que nos deja el aliento de las manos con un tacto de frío despertar. Es la primavera teñida de canto acuático
ResponderEliminarUn abrazo
El agua siempre me atrae, pero más que las grandes superficies, me atraen las pequeñas fuentes en lugares recónditos.
EliminarGracias, Albada. Un abrazo.
La segunda estrofa es una delicia sin desmerecer al resto.
ResponderEliminarSaludos, Fanny.
Claro; es la estrofa más intimista, en la que concentro la emoción. La primera es descriptiva y, por eso, más fría emocionalmente.
EliminarGracias, Verónica.
Un abrazo.
Después de un invierno tan largo, ansío paseos por el monte y el cantar de las fuentes serranas; y al beber de ellas, recordaré la música de tu poema, Fanny. :)
ResponderEliminarUn beso y una sonrisa :)
Compartimos el amor por la Naturaleza, Framboise y eso crea una especial amistad.
EliminarUn abrazo sonriente.
Fanny, el cadencioso fluir de la fuente nos refresca el alma, nos eleva y nos hace sentir vivos y yo diría eternos...La soledad se diluye con su voz mágica y espiritual...Me encanta cómo profundizas en ello.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, amiga.
También tú eres amiga de las fuentes y entiendes el cantar que penetra en el alma y nos procura paz.
EliminarGracias, amiga.
Un abrazo.
Las fuentes tienen voz musical propia. Su lenguaje es muy bello, pero imposible de aprender e imitar.
ResponderEliminarUn abrazo, Fanny
Me basta con escucharla, tocarla y beber en el hueco de mis manos.
EliminarGracias, Luis Antonio.
Un abrazo.
Belleza de poema.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Amalia. Un abrazo.
EliminarMe pasaría horas viendo correr el agua de una fuente,de un río,de un manantial.Existen pocos espectáculos tan relajantes,tan bellos.Preciosa entrada.
ResponderEliminarEso me pasa a mí, amigo Joaquín. Son vivencias de la infancia que se repiren en el presente.
EliminarUn abrazo.
La fuente regenera y deja fluir las penas.Precioso poema Fanny.
ResponderEliminarNos extraviamos frente a la fuente pero siempre surco el mismo cauce.
Un abrazo grande.
Gracias, amiga. Creo que tú también amas las fuentes porque te gusta la Naturaleza.
EliminarUn abrazo.
La fuente de tus palabras me calma. A veces abro las manos, a veces pongo la boca, a veces aguzo la vista y el oído y el olfato en caso de que el olfato pueda agudizarse... Y todo para no perder la esencia de la naturaleza de tus poemas cargados de humanidad y supervivencia.
ResponderEliminarAbrazos, manantiales de abrazos.
Tus palabras fluyen limpias, frescas, como el agua y siempre habrá un hueco en mi sentir para acogerlas. Gracias por tus singulares comentarios.
EliminarUn abrazo trasparente como el agua.