Manzano. Foto tomada de Internet |
Llevada de tu mano
entré en tu huerto.
Estaba el manzano
rebosante de manzanas
ruborizadas por el sol
despertando el apetito del instinto
en ese paraíso de frutales.
Con una sonrisa maliciosa
me ofreciste una manzana:
vamos a desobedecer a Dios
-dijiste dando el primer bocado
y acercándola luego a mis labios-.
¡Qué hermosa aquella tarde
en que entré en el paraíso
saboreando manzanas!
La tentación perenne de la belleza ante los sentidos invita a romper las normas, a dejarse llevar por el deseo. Un grato encuentro de nuevo con tu poesía. un abrazo desde el mar.
ResponderEliminarHola, José Luis. También desde el mar, te envío un abrazo.
EliminarSabes lo mucho que me gusta contar contigo. Gracias, amigo. Que disfrutes de la belleza del mar y sus tentaciones.
Cuidado que las manzanas rojas, son las de la bruja de Blancanieves y pueden contener alguna pócima. Ja ja.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana.
... Alguna pócima tenían aquellas manzanas, sin duda. Gracias por tu simpático comentario.
EliminarQue vayas pasando el verano con alegría.
Un abrazo.
Y aquí estamos, ganándonos el pan con el sudor de nuestra frente y pariendo con dolor.
ResponderEliminarBss
Ni las leyes del nuevo código penal de Rajoy son tan duras. Claro que él no es Dios aunque se lo crea.
EliminarUn abrazo.
mas que nada "una poesía con picardía" Saludos Fanny
ResponderEliminarPues eso es, Lao: un momento de diversión literaria con un punto de pimienta. ¡Cosas del verano!
EliminarGracias.
Un afectuoso saludo.
Bella imagen del paraiso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Rafael. Como no existen paraísos, hay que crearlos.
EliminarUn abrazo.
Qué hermosa aquella tarde. Y todas en tus versos. Felicidades, Fanny. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué tolerante eres, Alfredo! Gracias por tu generoso comentario. Un sentir amistoso, que me pone alas.
EliminarUn abrazo.
La imagen es preciosa, Fanny...La naturaleza nos invita a participar, a sentir y a vivir plenamente la vida...Estoy segura que, que el mismo Creador anda enredado entre las manzanas esperando que las tomemos y disfrutemos de ellas...El es esencia de libertad, belleza y amor...Mi felicitación y mi abrazo de luz por tu sugerente y simbólico post, amiga.
ResponderEliminarM.Jesús
Siempre recibo tus comentarios, tan especiales, con mucho cariño. Eres muy generosa y haces interesante reflexiones.
EliminarUn abrazo grande.
Realmente estas manzanas están diciendo ¡cómeme! ¿y quién podría resistirse?
ResponderEliminarUn abrazo.
O sea que la culpa la tienen las manzanas. La belleza incitadora de la Naturaleza.
EliminarUn abrazo, Pedro.
El placer de romper las normas y desafiar al poder.Benditas manzanas,sin ellas aún seríamos más esclavos de lo que ya somos...
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Abrazos.
Las manzanas siempre han sido tentadoras. ¿No cogiste furtivamente alguna cuando eras niño?. Yo sí: manzanas, caquis, membrillos.
EliminarJoaquín espero que estés pasando un buen verano.
Un abrazo.
A mi verdes, please
ResponderEliminarVerdes, que las quieres verdes...¡Claro, las del paraíso eran así! Pero nada sabemos sobre si eran ácidas. A mí me gustan.
EliminarSalud, Noel. Disfruta del verano.
Hola Fanny... Las manzanas son muy tentadoras, sera que no me fio demasiado de ellas, y prefiero otras frutas, eso si rojas por supuesto, luego ya me pondré a régimen de azúcar...
ResponderEliminarUn abrazo y buen verano....
Amigo Llorenç, siempre es un placer encontrarte por aquí.Y, hablando de manzanas, confieso que no es mi fruta preferida, excepto de si tentación se trata.
EliminarUn abrazo.
Yo muerdo tu manzana cada vez que me ofreces tus letras redentoras.
ResponderEliminarGracias por este poema. Porque, además, durante unos instantes me ha transportado a la Huerta de San Vicente, en Granada...
Un abrazo.
Mario
Lo más bonito es haberte evocado momentos de tu infancia porque es una etapa feliz,traviesa,locamente audaz, y te imagino trotando por el huerto y, como he leído en uno de tus excelentes relatos, probando la fruta prohibida de un particular paraíso.
ResponderEliminarGracias por saborear estos versos como tú lo haces.
Un abrazo