He abierto mi ventana y una bandada de palabras ha emprendido el vuelo buscando un lugar cálido donde vararse, donde tomar aliento para seguir el vuelo.Son palabras nómadas,sin patria; palabras que vuelan con el viento en el espacio sin fronteras de Internet.
Cuando pasen por tu jardín, no les niegues los frutos de tu árbol ni el agua de tu fuente, pero no intentes atraparlas. Déjalas seguir volando…
Tal vez una alegoría del tiempo que nos va quedando.Pero,a diferencia de nosotros,la sombra de la morera volverá a crecer a la tarde.Nuestro tiempo,no.Es lineal.
No pensé en alegorías, aunque la Naturaleza tiene un lenguaje que las hace posible; simplemente me gusta observar cómo las sombras se desplazan, cambian de forma y van menguando o alargándose más. Joaquín, siempre celebro encontrarte por aquí. Gracias por tu amistad.
Esa morera tiene una gran constancia y capacidad de aguante, no se queja del sol, ni de la lluvia, ni del viento...Y además nos dá su sombra y sus frutos...Ojalá nosotros aprendiéramos de ella cuando mengue nuestra sombra, amiga. Mi abrazo de luz ymi cariño. M.Jesús
Como ocurre con los relojes de sol, cuando se está habituado a la sombra de un árbol, sirve para saber, más o menos, la hora. Me gustan las sombras, tantas veces descanso para el caminante. Bueno, y las moras, ¡ cuánto tiempo sin probarlas! Creo que ahora hay menos moreras. En cambio las moras de la zarzamora, siempre están al alcance de quien quiera. Me encantan.
Es un árbol muy familiar. ¿Quién no se ha encaramado a una morera para comer su fruto y coger hojas para los gusanos de seda?. Que pases un buen verano. Un abrazo.
Tú, que haces largas excursiones por la montaña, sabes lo que significa una sombra cuando el calor apremia. Hay sombras familiares que van pasando lentamente y nos indican el momento del día y que todo tiene una relación con el universo.
Hola Fanny... Que tal te prueba el verano, yo voy y vuelvo, pero procuro no perderme tus entradas al Blog.. Ciertamente la morera es de hoja caduca, pero y los frutos que da, esas moras rojas de intenso sabor... sera por eso que le gustan tanto sus hojas a los gusanos, y es que los humanos somos como los gusanos, nos gusta lo bueno... Un abrazo....
Hola, Llorenç.Ya estoy en el sur, pero procuraré atender el blog. Hoy sopla poniente y estoy deseando que llegue la noche para que refresque. ¡Qué bien estaría ahora a la sombra de la morera! Gracias, y sonrisas por eso de los gusanos.Se ve que el calor te hace original. Un abrazo.
Gracias por esta original forma de expresarme tu sentir. Tengo que decirte que la admiración, entonces, es mútua. Estoy de vacaciones, pero voy asomándome de vez en cuando y me alegro de encontrarte. Un abrazo.
En tres versos todo un tratado filosófico sobre la vida, el tiempo, los ciclos... porque esa sombra volverá a alargarse tras el cénit, desaparecerá en la noche y surgirá al amanecer... Hondura muy grande, Fanny.
Mi pueblo, el pueblo de mi infancia estaba lleno de moreras. Y su sombra durantes el canicular julio, era un oasis que nos protegía. Como tus letras; que dan sombra, que protegen.
También yo tengo recuerdos de infancia prendidos en las moreras del patio del colegio; la sombra, la dulzura de las moras... Tus comentarios son muy acogedores. Gracias. Un abrazo.
Tal vez una alegoría del tiempo que nos va quedando.Pero,a diferencia de nosotros,la sombra de la morera volverá a crecer a la tarde.Nuestro tiempo,no.Es lineal.
ResponderEliminarAbrazos Fanny
No pensé en alegorías, aunque la Naturaleza tiene un lenguaje que las hace posible; simplemente me gusta observar cómo las sombras se desplazan, cambian de forma y van menguando o alargándose más.
EliminarJoaquín, siempre celebro encontrarte por aquí. Gracias por tu amistad.
Un abrazo.
Esa morera tiene una gran constancia y capacidad de aguante, no se queja del sol, ni de la lluvia, ni del viento...Y además nos dá su sombra y sus frutos...Ojalá nosotros aprendiéramos de ella cuando mengue nuestra sombra, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo de luz ymi cariño.
M.Jesús
Me gusta todo de la morera: hojas, fruto, enramada frondosa y su sombra.
EliminarGracias, amiga. Que tengas un dulce verano como las moras.
Un abrazo.
Volverá, la sombra siempre regresa, crece o mengua pero vuelve. Me gustan las moras aun recuerdo su sabor .
ResponderEliminarComo ocurre con los relojes de sol, cuando se está habituado a la sombra de un árbol, sirve para saber, más o menos, la hora. Me gustan las sombras, tantas veces descanso para el caminante.
EliminarBueno, y las moras, ¡ cuánto tiempo sin probarlas! Creo que ahora hay menos moreras. En cambio las moras de la zarzamora, siempre están al alcance de quien quiera. Me encantan.
Ester, gracias por pasarte por aquí. Un abrazo.
El sol se pone.
ResponderEliminarUn abrazo.
Entonces ya todo es sombra.
EliminarGracias, Rafa. Un abrazo.
Uno de los árboles que dan más sombra, la morera, habitual en campings.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es un árbol muy familiar. ¿Quién no se ha encaramado a una morera para comer su fruto y coger hojas para los gusanos de seda?.
EliminarQue pases un buen verano.
Un abrazo.
De lo sencillo sacaste algo grande Fanny... ¡me gusta así!
ResponderEliminarSabes de qué va esto del haiku. Una nada significativa que en un instante es el centro de atención de nuestra mirada.
EliminarGracias, Lao.
Dicen que el tiempo pone cada cosa donde le toca...
ResponderEliminarBonita forma de abrazar su esencia... A la sombra y entre letras.
Un abraz✴
Athenea, tus comentarios son originales; me gusta la percepción que tienes de las cosas. Gracias.
EliminarUn abrazo.
La naturaleza es tan disfrutable, mira la sombra de esa morera, lo que nos ofrece sin más... precioso haiku. Saludos.
ResponderEliminarTú, que haces largas excursiones por la montaña, sabes lo que significa una sombra cuando el calor apremia. Hay sombras familiares que van pasando lentamente y nos indican el momento del día y que todo tiene una relación con el universo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un abrazo.
En tus palabras recorde una que teniamos en la casa, hubo que sacarla por quejas de los vecinos con las manchas de fruta
ResponderEliminarAbrazo
Cuando la gente se pone en plan práctico,se deshace de la belleza.¡Una lástima!
EliminarGracias por pasarte por aquí.
Un abrazo
Hola Fanny... Que tal te prueba el verano, yo voy y vuelvo, pero procuro no perderme tus entradas al Blog..
ResponderEliminarCiertamente la morera es de hoja caduca, pero y los frutos que da, esas moras rojas de intenso sabor... sera por eso que le gustan tanto sus hojas a los gusanos, y es que los humanos somos como los gusanos, nos gusta lo bueno...
Un abrazo....
Hola, Llorenç.Ya estoy en el sur, pero procuraré atender el blog. Hoy sopla poniente y estoy deseando que llegue la noche para que refresque. ¡Qué bien estaría ahora a la sombra de la morera!
EliminarGracias, y sonrisas por eso de los gusanos.Se ve que el calor te hace original.
Un abrazo.
Desde que el día nace por el horizonte va mostrándose su sombra alargada que los horas van mermando hasta quedar en la nada.
ResponderEliminarBesos
En tan solo una sombra se contiene la vida. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
EliminarHora tras hora
ResponderEliminarva aumentando mi admiración
por esta autora.
Perdona el plagio. Pero mi mente lo ha aprovechado para decirte una cosa que por callada, no deja de ser sincera. Un abrazo. Franziska
Gracias por esta original forma de expresarme tu sentir. Tengo que decirte que la admiración, entonces, es mútua.
EliminarEstoy de vacaciones, pero voy asomándome de vez en cuando y me alegro de encontrarte.
Un abrazo.
Por la noche es cuando mengua más.
ResponderEliminarA que soy listo?
Besos.
Oye, Toro Salvaje, creo que estás seriamente afectado por la ola de calor. Mantente a la sombra.
EliminarListo, no sé; pero salvaje, sin duda.
¡Venga, feliz verano a la sombra de la morera o de cualquier árbol!
Un abrazo.
Escueto y a la vez enorme.
ResponderEliminarHola,Musa. Agradezco tu visita y tu opinión.
EliminarUn abrazo.
En tres versos todo un tratado filosófico sobre la vida, el tiempo, los ciclos... porque esa sombra volverá a alargarse tras el cénit, desaparecerá en la noche y surgirá al amanecer...
ResponderEliminarHondura muy grande, Fanny.
Un beso
La Naturaleza es una excelente maestra de filosofía. Me gusta cómo percibes el haiku. Gracias.
EliminarUn abrazo.
Será que en la morera mora y se esconde la sombra.
ResponderEliminarBsss
¡Quién pillara ahora una sombra como la de la morera!
EliminarValoro mucho que aparezcas por aquí, en vacaciones y con este "caloret".
Un abrazo.
Mi pueblo, el pueblo de mi infancia estaba lleno de moreras. Y su sombra durantes el canicular julio, era un oasis que nos protegía. Como tus letras; que dan sombra, que protegen.
ResponderEliminarUn abrazo, nada menguante...
Mario
También yo tengo recuerdos de infancia prendidos en las moreras del patio del colegio; la sombra, la dulzura de las moras...
EliminarTus comentarios son muy acogedores. Gracias.
Un abrazo.