Diente de león
Por
la selva de tu cuerpo, en primavera,
soy "diente de león" en plena flora.
Te llamo con rugidos amarillos,
te recorro con pasos de felino...
soy "diente de león" en plena flora.
Te llamo con rugidos amarillos,
te recorro con pasos de felino...
Soy "diente de león" transfigurada
dispuesta a devorarte a dentelladas.
7 junio,011
Cuánta alegría me ofrecen,
ResponderEliminarlos versos y el sentimiento.
Dicen:
"palabras se lleva el viento"
no es verdad, pues permanecen.
Digamos que a las palabras las trae el viento, como nómadas que buscan la calidez del ambiente; de la alegría y sentimiento con que somos capaces de acogerlas.
EliminarAgradezco tu alegría y sentimiento, Jenofonte.
Saludos
¡Qué bueno ese doble sentido del "diente de león"!
ResponderEliminarUn poema, breve, lleno de graciosa sensualidad.
Saludos
De nuevo por aquí, Inés.Gracias por volver a dejarme un comentario.
EliminarEste poema lo escribí un día de esplendorosa primavera; el mismo en que tomé esta fotografía del prado inundado de flores de diente de león en el que reposé un buen rato dando cuerda al pensamiento.
Saludos.
Siempre escuché hablar de los "dientes de león" pero no los conozco, y menos imaginaba un campo lleno de ellos y floridos además.
EliminarEn España es una flor muy corriente; de esas que otros dirían "malas hierbas". En abril cubren los prados así como ves en la foto.Los brotes tiernos de las hojas se pueden comer en ensalada y es una planta diurética.
ResponderEliminarGracias por tu interés.
Los seres humanos somos muy especiales, llamamos "mal tiempo" a la lluvia que riega los campos, "animales salvajes" a los que simplemente viven es su habitat, y "malas hierbas" a las flores que alegran el paisaje.
ResponderEliminar¿Especiales?... ¡Sí! Unos más que otros. Pervertimos el lenguaje sometiendo a la Naturaleza a nuestro estrecho criterio.
EliminarGracias, Jenofonte por seguir entre los diente de león.