Foto tomada de Internet
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Quisiera
rescatar la inocencia
para
tener siempre en los labios
ese
infatigable ¿por qué?,
pero
¿por qué?...
deseando
comprender
la razón de las cosas.
Quisiera
rescatar la inocencia
para
creer que existen bosques
con
nereidas y náyades
donde
nadie se pierde.
Quisiera
rescatar la inocencia
para
creer que tu silencio no es ausencia,
que
tu ausencia no es olvido...
y ser tan inocente que pueda creer
que tú me amas.
29
abril,2014
Palabra compartida nº 18 : INOCENCIAIniciativa Sindel
El deseo de la inocencia honra a cualquier humano.
ResponderEliminarAquí, la inocencia se contrapone a un cierto despecho amoroso y es que, quizá, el amor subsiste límpido mientras no ha sufrido un fuerte golpe que la haga desconfiado. O dicho de otra manera: es inocente como un niño y no merece que esa inocencia se corrompa.
Un abrazo, Fanny.
Hola, Isabel. Me gusta tu comentario porque entras en matices del poema.El amor quiere ser inocente en el sentido de poder confiar en su verdad aun en las situaciones de ausencia, pero hemos perdido la inocencia y surgen dudas.Entonces se desea rescatarla.
EliminarY no solo para creer en el amor sino para tener la curiosidad de los niños buscando en el por qué la razón de las cosas, confiar en la gente, en el mundo, en lo que tiene de positivo.
Gracias por tu visita y por tu comentario.
Un abrazo.
Todos quisiéramos rescatarla, pero eso es imposible.
ResponderEliminarSi nos desprendemos de algunos prejuicios, tal vez veamos ciertas cosas con inocencia, porque un adulto puede tenerla; no es la inocencia del niño sino el hecho de buscar el lado positivo de la vida.
EliminarGracias por tu comentario.
no hay nada mejor que develar lo oculto
ResponderEliminarojalá fuéramos como los gatos así de curiosos
y morir sabiendo
que permanecer ciegos
bonito poema a la inocencia
buena jornada
abrazos
Eso creo yo, y no hay nadie más curioso que los niños y los gatos. Pero en inocencia ganan los niños; los gatos, como todos los felinos, son astutos.
EliminarGracias por detenerte a comentar.
Un abrazo.
Podemos rescatar la inocencia, claro que sí, todo es posible, desde los sueños.
ResponderEliminarMuy bella tu aportación, Fanny.
Un beso.
Gracias, María. ¿No somos nosotros inocentes publicando poemas que hablan de sueños? ¿No somos inocentes sintiendo y dando calidez a los amigos invisibles que no conocemos?...
EliminarUn abrazo.
Me `pongo contento con tus ideas Fanny.....
ResponderEliminarY yo con las tuyas, Lao; coincido contigo. Gracias por compartir la inocencia de nuestros blogs.
EliminarUn afectuoso saludo.
Fanny, tu poema nos muestra ese pretérito imperfecto de subjuntivo, que se repite anafóricamente en las tres estrofas: "Quisiera rescatar la inocencia..."Ese deseo, nos habla de tres temas:, saber el porqué o la razón de las cosas, creer en la magia del bosque...Y finalmente creer que nos aman...todavía, por encima de la ausencia y el olvido...Me gusta ese orden constructivo, que es muy genuino en ti y que avanza hacia el clímax del poema, hacia el amor...Hasta aquí he tratado de ser objetiva...Ahora voy a la parte subjetiva:Pienso, que no es necesario, que rescates la inocencia...Porque esa niña grande, que llevas dentro, sigue "jugando, soñando y creando" en tus letras, amiga...La inocencia permanece y la cuidas, eres consciente de ella, a pesar de la experiencia de lo vivido...(sonrío)
ResponderEliminarMi felicitación por tu bello poema y mi abrazo inmenso, Fanny.
M.Jesús
Creo que ves el interior de las palabras con tu varita mágica y leo tus comentarios con mucho interés.Percibes exactamente esas tres cosas que necesitan inocencia: la curiosidad por conocer la razón de las cosas,tener confianza en el ser humano y en el mundo viendo su parte positiva y no dudar del amor aunque no se manifieste como uno quisiera.
EliminarAgradezco que veas en mis letras un rastro de inocencia. Es verdad que riego mi jardín y procuro alejarlo de las heladas, y en eso me esfuerzo.
Sí, ya le digo a María que en nuestros blogs hay inocencia porque hay sueños y hay inocencia en la amistad que regalamos a los amigos invisibles. ¿No crees?
Un gran abrazo, Mª Jesús.
En el fondo, creo que todos, quisiéramos rescatar la inocencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Al menos para hacernos preguntas como los niños y tener su curiosidad. Cuando alguien la pierde es cuando podemos decir que es viejo.
EliminarGracias, Rafa.
Un abrazo.
Una vez que se ha perdido, es imposible de recuperar, a veces cometemos pequeños engaños a nuestro corazón para no lastimarlo, esas suposiciones tácitas como tan hermosamente lo reflejas en tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Gracias, Sindel. Tienes razón en eso de los autoengaños del corazón. ¿Y no hay en ello una pizca de inocencia?s algo así como querer creer en las hadas.
EliminarUn abrazo.
Claro que sí Fanny, hay inocencia y es bueno que la tengamos, no hay que dejar de creer nunca, en hadas ni en todas esas cosas que nos hacen la vida un poco más simple y luminosa. Besitos =)
EliminarTambién quisiera rescatarla, que volviera, al menos instantes, es tan lindo lo que recuerdo de ella.Hablamos de inocencia de niñ@s... Pero la vida sigue y andamos dejando pedacitos de ella que no vuelven, porque asi debe ser.
ResponderEliminarMuy lindo poema:)
Un abrazo.
Bueno, depende de qué contenido damos a esa palabra. Y estoy segura que, si no somos retorcidos, casi todos somos, en algunos momentos inocentes, en el buen sentido de la palabra.
EliminarGracias, Cecy.
Un abrazo.
Esa edad en la que los ¿por qués? buscaban desentrañar los misterios de la vida, esa etapa en que la capacidad de asombro no terminaba de colmarse con lo que íbamos descubriendo, esa etapa en que la inocencia guiaba nuestros pasos quedó atrás, es cierto, pero siempre tendremos el recurso de resguardar algo de aquello en uno de nuestros rincones más secretos.
ResponderEliminar=)
Mónica, yo creo que sí; que algo queda por los rincones y eso es lo que nos permite soñar y también la curiosidad, signo de vitalidad.
EliminarGracias por compartir.
Un abrazo.
Hola Fanny... !Ah!... la inocencia, que difícil es rescatar esa inocencia , que aveces nos da esperanza o ilusiones...
ResponderEliminarPero no se si coincides conmigo, pero inocencia, inocencia que poca nos queda....
Tus entradas dan mucho para pensar....
Un abrazo.
Hola, Llorenç. Me alegro de que, inocentemente, este poema te haya hecho pensar. Eso es bueno.
EliminarNo se puede medir cuánta inocencia nos queda, pero nos queda.¿No es inocencia perseguir utopías?...¡Y las perseguimos!...¿A quién no le "han tomado el pelo" alguna vez,por su inocencia?...
En mi poema la centro en tres cosas: curiosidad, confianza en el género humano y en la vida y creer que el amor existe.
Ahora, revisa en tus rincones cuánta inocencia te queda.
Un placer conversar contigo, Llorenç. Gracias por compartir.
Un abrazo inocente.
Anoche ya te deje un comentario ,lo vi entrar pero ahora como no esta aqui te dejo mi saludo y Fanny en la foto estas guapisima.
ResponderEliminarun gran abrazo
Marina
Lo siento, Marina.Se pierden comentarios sin saber por qué.
EliminarOye, lo de la foto es por el gato, ¿no?. Me gustan los gatos y su curiosidad.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Recuperar la inocencia, regresar al pensamiento mágico de la infancia, cuando las ausencias duelen, cuando los silencios matan.
ResponderEliminarMuy bello, un Beso, Fanny.
Eso quisiera...para creer, para no conformarme con lo que no entiendo.Insistir en el por qué.
EliminarGracias, Albada.Tus comentarios son muy sensibles..
Un abrazo.
Como me dices...Oye,lo de la foto es por el gato¿no?a mi tambien me dustan los gatos...(miau) y especiales ...pero que no arañen jajaja si hay gatitos muy curiosos....uf
ResponderEliminarun beso Fanny
Marina
Gatos que se dejen acariciar.
EliminarGracias, Marina.
El gato q te habla cree tener 7 vidas y aún se tan poco....que me creo lo que me dicen
ResponderEliminarEntonces es que no has perdido la inocencia, Noel. Te felicito.
EliminarMe gusta que en 7 vidas aún tengas algunos "por qué" pendientes,
Un inocente abrazo gatuno.
Qué bien escribes Fanny :)
ResponderEliminarSabes? a mi me gustaría recuperar la inocencia para volver a disfrutar de las películas, y dejar de pensar en cómo la realizan, la fotografía, el personal que está presente en los planos, decorados... Me cuesta meterme en harina.
Por eso, cada vez leo más.
Un beso ;)
Te embriagaste del poder de la imagen. Es fácil para un profesional, pero, por lo que dices, la imagen se apodera de los sentidos y margina el mensaje. Leer evita eso, pero también se crean imágenes con la imaginación y, en este caso completan el mensaje, pero no lo marginan. ¡¡Ay... esa deformación profesional!!...
EliminarGracias, Gumer, siempre eres bien recibido.
Un abrazo.
Meterme en situación, es lo que quería decir.
EliminarCómo me comprendes, Fanny.
Besos
Sí, claro que te entendí. "meterse en harina" es una frase hecha muy expresiva.
EliminarHermoso poema, me gusta mucho, es algo melancólico pero sensible y delicado.
ResponderEliminarPero, también son interesantes los comentarios, tantos pensamientos que despierta la palabra inocencia, como son muchos los que dicen que la han perdido. No creo que eso sea cierto, es verdad que la inocencia del adulto no es la misma que la del niño, pero eso no significa que se haya perdido, simplemente ha cambiado. Porque quién no conserva algo de inocencia en su corazón es de seguro una persona que no cree que pueda haber en este mundo algo de amor, de sinceridad, de belleza, es decir que es alguien duro, frío y despiadado, y eso no se ve en las personas que aquí comentan puesto que muestran una gran sensibilidad...
(Aparte, ¿por qué se dice que la curiosidad mató al gato?, es verdad que los gatos son curiosos, pero el que murió debido a su curiosidad fue el Ratón Pérez...)
Lo explicas muy bien, Jenofonte.El adulto puede también tener inocencia, si entendemos como tal su mirada positiva hacia las cosas, el intento de alcanzar sueños, y su generosa manera de relacionarse con los demás y de entregarse al amor.
EliminarCuando alguna situación adversa me vuelve incrédula o decepcionada, renuncio a preguntar...entonces quisiera rescatar la inocencia para creer, y para seguir insistiendo en el por qué.
Gracias por tu buen comentario.
Un abrazo.
La foto con ese texto la tomé de Internet; me pareció adecuada por lo que dice de la curiosidad;en el querer saber, arriesgamos, a veces, nuestra propia felicidad, pero se muere sabiendo. Eso es lo que me gustó y lo que suscribo.
Seguro que más de un gato ha muerto por curiosidad, por meterse en sitios de donde luego no pueden salir. Conozco un caso en que tuvieron que rescatarlo los bomberos, pagando, claro está.
Bendita inocencia, que sólo la valoramos cuando la hemos perdido.
ResponderEliminarDe todas formas tu poema tiene sentido también con la inocencia perdida. Creo que las preguntas las seguimos haciendo a lo largo de toda la vida, aunque es cierto que casi nunca son ya preguntas inocentes. En cuanto a los bosques de náyades, hadas y nereidas...¿quién te ha dicho a ti que no existen? ¿alguien lo puede demostrar?. Recuerdo de pequeño haber entrado en uno de esos bosques de la mano de mi madre y te aseguro que veía todo el rato hadas, náyades y, sobre todo, brujas por todas partes...y en cuanto a la última estrofa, con inocencia o sin ella, es necesario creer que nos aman, creer en el amor, aunque sea mentira. Lo otro es condenarse de antemano.
Un placer volver por tu blog, Fanny.
Abrazos.
Joaquín tú eres uno de mis asiduos y queridos visitantes que se detiene a charlar un ratito; ya eres de la casa. Gracias por tu compañía.
EliminarEn cuanto a la capacidad -o terquedad- de preguntar de los adultos, nos ganan los niños, que no aceptan nunca el silencio por respuesta y te tiran de la manga insistiendo en que les demos una explicación.Los adultos aceptamos el silencio.
Y, en cuanto a la existencia de bosques encantados...Yo me los invento. Y ,claro que mantengo la inocencia en cuestiones de amor, pues no deja de ser una ilusión.
Un abrazo.
Rescatar la inocencia es tanto como recuperar la ilusión perdida. No deberíamos cejar en el empeño aunque no llamen ilusos. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Coincidimos, Josep Mª.
EliminarLibrarnos de prejuicios y rescatar la ilusión y confianza en las personas y en la vida, es un regalo que nos hacemos.
Gracias por tu visita y comentario.
Un abrazo.
Tres ángulos distintos sobre la inocencia. La innata curiosidad de indagar en el por qué de las cosas. ¿Se pierde esa curiosidad? pienso que no. La que tal vez sea la inocencia en su estado puro, aquella que nos hace creer en gnomos, en duendes, en náyades, en trolls, en los Reyes Magos. Esa sí que la perdemos a medida que adquirimos conocimiento. Por último, aquella que nos permite empeñarnos en distorsionar la realidad a nuestro antojo. querer que los silencios no nos suenen a olvido, cuando lo son.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada.
Un abrazo..
Gracias, Pepe, por tu detallado comentario.
EliminarIndagar el por qué de las cosas, solemos hacerlo los adultos, pero no somos constantes como los niños; ellos no aceptan los silencios como respuesta; tal vez por eso se les responde con mentiras más o menos piadosas que satisfagan su curiosidad.
El creer en náyades,hadas, me refería a creer en la gente, en la vida,en lo positivo que todos tenemos en algún rinconcito.
La inocencia de creer en el amor es la fabulación más necesaria.Todos caemos inocentemente en sus redes.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Buenísima la imagen.
ResponderEliminarSobre la inocencia, esos ¿por que? la reflejan muy bien; es inocencia esa extrañeza ante muchas acciones, esa pureza que no permite entender razones complicadas. Como verás me has hecho pensar.
Besos Fanny.
Hola, Juan Carlos. Tengo una inocente alegría de que no te hayas olvidado de mi blog. Gracias por tu comentario, y si te hice pensar es que aún conservas algo de inocencia.
EliminarUn abrazo.
la inocencia, la curiosidad, ese creer que palpita dentro con toda su necesidad.
ResponderEliminarcuando las verdades salen a luz con fuerza y contrarias a lo que esperamos, en verdad, esa necesidad a querer aferrarnos a nuestro lado inocente se hace intensa... pero da miedo caer una vez más en una realidad que hiere.
¡precioso Fanny! ¡saludos!
La realidad no suele ser inocente; es nuestra mirada y nuestra actitud la que puede encontrar algo de inocencia.
EliminarGracias por tu visita y comentario.
Un abrazo.