He
salido del agua tiritando, sin encontrar el abrigo de tus brazos.Estaba fría
para tu día brumoso.Comprendo que te quedaras lejos de la orilla.Te has vuelto
friolero y ya no “desafías al toro de tu
otoño” ni estando en primavera. Anoche sentí que mi alma se había resfriado en
la soledad del agua y perdí la voz y el sueño.
Amarrado al mástil de tu barca
te salpican las olas de mis versos y el río se ha cubierto de flores amarillas de
mis sueños; las miras -prisionero en tu amarre-,las ves flotar, zozobrar,como
tus deseos, mientras yo espero que el viento de levante ,me traiga tus palabras
y libere tu cuerpo rompiendo las amarras.
Salgo a tu encuentro porque hay
caminos que solo se recorren al atardecer y dejan el alma rota viendo cómo en
el jardín silente se deshojan las flores del recuerdo, y es entonces cuando
siento el irresistible deseo de acompañarte y de abrazarte.
Abril,2013
Foto de mi archivo.
Ogassa (Girona).Mayo,2011
Foto de mi archivo.
Ogassa (Girona).Mayo,2011
Añoranza dicen tus letras y más si a ellas sumo la imagen que has dejado y recuerdo esos sitios incomparables de los montes y montañas que esperan que vayamos a visitarles.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Sí, Rafael, añoro los paisajes,las vivencias y a las personas lejanas que no puedo abrazar, pero es una añoranza activa, que me inspira y me hace soñar lo bueno de la vida.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario.
Un abrazo.