miro al trasluz y en los reflejos
del cristal emerge tu figura.
Aquella mirada que me hablaba
y vertía aromas y sabores en el vino.
Me acompañan los versos de Machado:
"Aguda espina dorada,
¡Quién te pudiera sentir
en el corazón clavada!"
Y al llevarme la copa hacia los labios
siento el sabor de la nostalgia.
Convertirte en mi copa yo quisiera,
para poder tenerte entre mis manos
y acercarte suavemente hacia mi boca.
Octubre,2011
Bello poema el que te has bebido ,con esa mezcla del verso de Machado y el aromático vino de tus nostalgias y añoranzas .
ResponderEliminarMuy lindo.
Saludos.
SyA.
Nariac, bebí el vino de la nostalgia y me salieron estos versos. Una copa con vino es inspiradora; la nitidez del cristal, los reflejos, el aroma y... el sabor.
EliminarGracias por volver a visitarme.Eres seguidora de hecho; de esos que no figuran en el panel de seguidores, pero que siguen.Te lo agradezco y, además, ya te espero.Eres una asídua lectora de este blog.
Un abrazo
Un buen poema para un brindis nostálgico. Sugerente y atractiva melancolía.
ResponderEliminarSaludos.
¿Quién lo evoca algo cuando mira a través del vino de su copa?...Eso me pasó a mí.
EliminarTe responde con algo de prisa porque salgo de viaje.Aprovecho para decirte que está ausente unos días.
Gracias por tu visita.