No debí asomarme a la ventana.
Y sobre todo, no debí permitir
que mi sueño se asomara.
Era un día claro y soleado
pero soplaba una brisa helada.
Hay días así de traicioneros
que entumecen el alma.
No debió mi sueño
asomarse a la ventana
y quedar esperando, ensimismado,
sin abrigo ni bufanda,
sin saber lo inútil de la espera,
cuando caen las heladas.
Hoy tose, está febril,
le cuesta levantarse de la cama…
No debí dejar que mi sueño
se asomara a la ventana.
No que el rocío de la noche te cala , hiela hasta los sentimientos
ResponderEliminarLos sueños ¡Guárdalos! Y cuando el cielo se tiña de azul sal a buscarlos, haz que sean realidad y no los abandones, si no persigues los sueños la vida se vuelve loca,y haces eternos los sentimientos.
¡Tu poema genial gracias por regalar belleza.!
André.
Besos
Sí,recuperé mis sueños. No me rindo facílmente y, como dices, cuando hace mal tiempo los abrigo, porque a cada invierno le sucede una primavera y no se puede vivir sin soñar.
EliminarGracias por tu visita y tu poético comentario. ¡ Cuánto me alegro de que vuelvas a mi blog!
Un abrazo.