Llegan impetuosas las olas coronadas de espuma y regresan como un encaje de jazmines deshojados, dejando sobre la arena algas verdes, rojizas y pardas; piedras pulidas, fragmentos de conchas nacaradas y caracolas en las que ya no se oye el mar.
Suelo fijarme en el muestrario, a veces sorprendente, mientras paseo por la orilla y dejo a mi fantasía el inventario de estos despojos del mar, en los que veo un toque de arte natural y metafórico.
Yo quisiera ver llegar sobre las olas la mítica botella con un bello mensaje, pero hoy, las olas de levante están de broma y me han traído a la orilla:
-Un coche en el que no puedo viajar
-Una pastilla de jabón con la que no me puedo enjabonar
-Una pistola con la que nunca podré disparar.
Cosas que el mar modela y tienen su atractivo en la falta de utilidad y en no llevar la firma del artista.
Cargo con estos insólitos tesoros, sintiendo las miradas curiosas y, para colmo, una espumosa ola ha dejado a mis pies un blanco y pulido corazón de piedra caliza -que nunca me podrá amar- y, no sé si por fetichismo o una sentimental asociación de ideas, lo he recogido tiernamente, lo he limpiado de arena y se me ha escapado una sonrisa. Lo he traído a casa y colocado en una estantería, bien a la vista por si, de pronto, me sorprende el "toc-toc de su latido.
Agosto,011
Modificado en febrero,013
Por fin, me es posible entrar a comentarte, Fany. Hoy estreno un nuevo ordenador y me voy haciendo a él. Prometo entrar más a menudo, He probado a hacerme seguidor pero no me ha dejado. No sé por qué. Me alegro de ver que estás tan creativa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro
¡Bienvenido al blog, Pedro! La verdad es que te esperaba y me alegro de tu llegada.
EliminarNo sé por qué no pudiste ponerte como seguidor, aunque lo que me interesa es que lo seas de verdad y tengamos una buena comunicación.
Hay seguidores "oficiales" que no participan, o lo hacen muy poco; en cambio otras personas son asíduos lectores sin figurar como tales.
Un abrazo.