miércoles, 23 de octubre de 2013

Donde habito en silencio


               Foto de mi archivo personal. Adelfa. Estepona.(Málaga)Agosto,011
 
 
                    Se volverá naranja el cielo en unas horas,
                           cerrarás el libro que estás leyendo
                           sentado en el sillón de mimbre
                           al pie de las adelfas rosas…

                           Habrá un rumor de ramas
                           en el hondo pinar que te rodea;
                           la noche se hará cálida, e irá la primavera
                           embalsamando el aire con aromas intensos.

                                      Y, aunque tú no me veas,
                                      Yo estaré allí.

                         Hace tiempo que habito este lugar
                         ¿No me sientes?

                         Fluyo en el aire
                         que cruza tu pecho,
                         Y asciendo invisible hasta tus labios.

 

 
 
 

FL, 10 de mayo,013

  
 

4 comentarios:

  1. En el aire se siente la esencia de tu poesía, es como un sentimiento que va creciendo a medida que avanzo en tus versos. Y es que hay momentos en los cuales las sensaciones se adueñan del pensamiento.

    Por cierto, una imagen preciosa la de estas adelfas.

    Saludos!

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    1. Sentir, sí; sentir mejor que pensar cuando de poesía se trata. Son los sentimientos los que crean vínculos entre las personas.

      Esta Adelfa es enorme, pero la recorté porque es tan alta y exuberante, que alcanzaba una señal de aparcamiento que afeaba la foto. Les tengo un cariño especial porque las he dado vida en varios poemas.
      Gracias por comentar.
      Un afectuoso saludo.

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    2. Me gusta este poema, porque se mueve, etéreo, en un mundo de dulce y melancólica fantasía.

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    3. Fantasía y melancolía aparecen en algunos momentos de nuestra vida. La melancolía trae el recuerdo y la fantasía lo recrea de tal forma que lima las asperezas que pueda haber.
      ¡Ay, la fantasía!...¡Cuántas veces nos salva del aburrimiento de la realidad!

      Tu visita siempre me alegra. Gracias por asomar tu palabra a mi ventana.

      Un abrazo.

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