martes, 24 de septiembre de 2013

La felicidad del instinto

La felicidad del instinto

Él, de cuerpo robusto y brillante pelo negro; ella, algo más delgada y pelo caoba, retozaban en el césped.
Eran jóvenes y alegres. Juntaban sus bocas, se lamían y, por qué no decirlo, también  había actos más obscenos. Algunos curiosos se detuvieron a mirar esos juegos –impúdicos a sus ojos-, pero tan naturales para ambos que, ajenos a las miradas, seguían  entregados el uno al otro.

Se oyó un silbato; nada cambió sobre el  césped. Sonó por segunda vez el silbato y una voz lejana. Él se levanto y fue corriendo, jadeando de feliz agotamiento, hacia su amo.


Octubre, 011

2 comentarios:

  1. Un buen microrrelato.Mantienes hasta el final el equívoco de los protagonistas.Al comienzo creí que se trataba de una joven parejita enamorada de esas que se echan sobre el césped en plena ciudad.El silbato lo asocié con algún guarda que llamaba la atención y, al final, me reí con ganas.
    Saludos.

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  2. Me gusta detenerme a observar los perros cuando juegan entre ellos y, si son varios, es muy divertido verlo. Eso es lo que me inspiró este microrrelato.
    Gracias por tu paseo por mi blog.
    Saludos.

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