lunes, 23 de septiembre de 2013

De vuelta a casa

Cae la tarde. El ascensor recobra su monótona actividad. Oigo la puerta del vecino: dos vueltas de llave y el chirriar de los goznes.
Cada tarde me sacuden el pensamiento estos sonidos familiares que me anuncian la vuelta a casa.

Cuántas horas exiliado de sí mismo –le oí partir de madrugada- en el mundo inhóspito de otros, en cuyo umbral se han de dejar los sueños, según me confesó un día en el ascensor, camino del trabajo.

En cuanto llega a casa ,enciende su PC. Trae hambre de amor. Va directo al correo electrónico y, en la bandeja de entrada, busca el nombre de alguien que le ama y le escribe mensajes en tinta de color, con los que alimentar su alma.

A través de la pared que nos separa, me llega una música nostálgica.Vive solo.Tiene un amor virtual, me dijo,al que 
dedica parte de la noche, hasta que sus ojos se rinden al cansancio y entonces ella entra en su sueño…

Afuera, la oscuridad se apodera del espacio, y en el piso que linda con el mío, un hombre, a solas, envía su corazón por correo electrónico mientras escucha un nostálgico bolero.

Diciembre,012


2 comentarios:

  1. Un relato muy emotivo sobre la soledad real aliviada por un amor virtual. Una historia común contada con mucha sensibilidad.

    Me gusta cómo escribes.Por eso he vuelto y seguiré viniendo a leerte.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Es un placer tenerte de lectora y, si además, me das tu opinión, quedo doblemente contenta. Gracias por apreciar este relato.
    Saludos

    ResponderEliminar