De vuelta a casa
Cae la tarde. El ascensor
recobra su monótona actividad. Oigo la puerta del vecino: dos vueltas de llave
y el chirriar de los goznes.
Cada tarde me sacuden el
pensamiento estos sonidos familiares que me anuncian la vuelta a casa.
Cuántas horas exiliado de sí
mismo –le oí partir de madrugada- en el mundo inhóspito de otros, en cuyo
umbral se han de dejar los sueños, según me confesó un día en el ascensor,
camino del trabajo.
En cuanto llega a casa ,enciende
su PC. Trae hambre de amor. Va directo al correo electrónico y, en la bandeja
de entrada, busca el nombre de alguien que le ama y le escribe mensajes en
tinta de color, con los que alimentar su alma.
A través de la pared que nos
separa, me llega una música nostálgica.Vive solo.Tiene un amor virtual, me dijo,al que
dedica parte de la noche, hasta que sus ojos se rinden al
cansancio y entonces ella entra en su sueño…
Afuera, la oscuridad se
apodera del espacio, y en el piso que linda con el mío, un hombre, a solas,
envía su corazón por correo electrónico mientras escucha un nostálgico bolero.
Diciembre,012
Diciembre,012
Un relato muy emotivo sobre la soledad real aliviada por un amor virtual. Una historia común contada con mucha sensibilidad.
ResponderEliminarMe gusta cómo escribes.Por eso he vuelto y seguiré viniendo a leerte.
Saludos
Es un placer tenerte de lectora y, si además, me das tu opinión, quedo doblemente contenta. Gracias por apreciar este relato.
ResponderEliminarSaludos